El óxido es una gran molestia para los propietarios de viviendas, ya que no sólo hace que los objetos parezcan descuidados, sino que también puede causar daños permanentes por corrosión a objetos como herramientas de herrería y domésticas.
Si tus palas, rastrillos, cinceles o tenazas se han oxidado, aquí tienes tres consejos infalibles para devolverles el brillo ¡Con estos consejos podrás dejarlas como nuevas!
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Las herramientas fabricadas para el hogar están pensadas para ser muy resistentes; sin embargo, debido al paso del tiempo y a diversas condiciones meteorológicas (sobre todo si están expuestas a la humedad) es típico que se forme óxido en ellas.
Si no tomamos las medidas necesarias para mantenerlos en buen estado al menos una vez al año, dejarán de funcionar y es probable que tengamos que pagar un coste que no estaba previsto.
Veamos los siguientes 3 consejos:
1- Truco de la papa para eliminar el óxido de las herramientas
Necesitamos:
- 1 Papa
- 1 cda. de Detergente para platos
Procedimiento:
1- Divide una papa en dos trozos y añade un poco de detergente o líquido lavavajillas.
2- Utiliza la papa para frotar la zona oxidada que quieras restaurar hasta que quede completamente limpia, ya que contiene ácido oxálico, que ayudará a eliminar el aspecto descuidado de los objetos domésticos.
3- Límpialo con un paño de microfibra ligeramente humedecido; no es necesario aclararlo, simplemente déjalo secar y guárdalo en un lugar seco.
2- Truco de bicarbonato de sodio para eliminar el óxido de las herramientas
Calienta una taza de agua en un cazo hasta que hierva. Añade dos o tres cucharadas de bicarbonato sódico y remueve hasta que se forme una pasta.
Al cabo de 10 minutos, frota la pasta con movimientos circulares sobre la herramienta que quieras limpiar y ¡lustra hasta que recupere su brillo original!
3- Truco de la sal con limón para eliminar el óxido de las herramientas
Necesitamos:
- El jugo de un Limón
- Una bolsa de Sal
Procedimiento
1- Para eliminar el óxido de tus herramientas domésticas, simplemente extiende una capa de sal sobre la superficie oxidada, vierte un poco de zumo de limón y déjalo reposar durante 10 minutos.
2- Cuando notes que la sal empieza a cambiar de color, añade un poco más de sal y espera otros cinco minutos.
3- Después, utiliza un paño de microfibra limpio para frotarlo bien.
¡No te arrepentirás de probar este método rápido y fácil!