Cómo cultivar lavanda en maceta fácilmente ¡Disfruta de su aroma!

Cómo cultivar lavanda en maceta fácilmente ¡Disfruta de su aroma!

Cultivar lavanda en una maceta es una forma estupenda de ahorrar dinero y seguir teniendo acceso a su encantador aroma y su llamativo tono violeta.

No sólo llenará tu casa de una fragancia natural, sino que también sirve para purificar el aire y crear una atmósfera tranquilizadora.

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Esta idea es especialmente atractiva, ya que no necesitarás demasiado espacio ni muchas herramientas.

Además, algunas personas utilizan este proceso para mantener alejados a los bichos indeseados.

Cultivar lavanda en casa es muy fácil

  • 1 maceta o recipiente de plástico (necesitará tener un diámetro de entre 30 y 40 centímetros)
  • Semillas de lavanda (lo recomendable que las pongas en el refrigerador guardadas en una bolsa hermética durante 3 semanas antes de la plantación. Esto ayudará a acelerar el proceso de germinación)
  • Tierra (en el mismo vivero te dicen cual es el conveniente para esta planta)
  • Fertilizante (el mejor que sea para la planta)

Proceso de cultivo:

  1. Antes de empezar a cultivar lavanda, es esencial hacer un agujero en el fondo de la maceta o recipiente para que tenga un drenaje adecuado. Si eliges un recipiente con drenaje preexistente, este paso puede omitirse.
  2. A continuación, llena la maceta con tierra y añade un poco de abono. A continuación, coge cada semilla y colócalas a 1,5 centímetros de distancia unas de otras en la tierra; esta separación permite que se desarrollen de forma óptima sin interferir con ningún otro brote.
  3. Cubre estas semillas con un poco más de tierra y rocía un poco de agua por encima.

En un abrir y cerrar de ojos, ¡empezarán a florecer! Pero también es fundamental que cuides regularmente de tu planta.

Cuidados de la lavanda

  • Es esencial que la lavanda reciba luz solar directa durante un mínimo de seis horas diarias.
  • Si se coloca cerca de otras plantas grandes, debes dejar algo de espacio entre ellas, ya que la luz del sol puede quedar bloqueada.
  • El riego debe ser moderado durante las primeras fases de su crecimiento y escaso cuando haya madurado; demasiada humedad podría causar hongos.
  • Durante el invierno, el riego debe ser escaso, pero en verano puedes regar tu lavanda una vez a la semana, siempre que compruebes que la tierra está seca.
  • La poda también es importante y no debe confundirse con arrancar las flores; recorta sólo hasta la mitad del tamaño de la planta.

Con este sencillo método de cultivo y unos cuidados básicos, tener una lavanda en casa sin duda te alegrará con su fragante aroma.

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