Cómo utilizar las partes (supuestamente) inservibles de las verduras

Cómo utilizar las partes (supuestamente) inservibles de las verduras

Cuando cocinamos verduras estamos acostumbrados a no utilizar las partes supuestamente inservibles de algunas hortalizas, como las hojas, los tallos y los troncos. Sin embargo, estos “sobrantes inutilizables” pueden ser aplicados en múltiples platillos y ser preparados de distintas formas.

Saber cómo utilizar las partes inservibles de los vegetales no solo hará que aproveches mejor las verduras que compras, sino que también reducirás el desperdicio generado y podrás disfrutar de sabores, texturas y nutrientes que quizás no tengan las partes que utilizamos.

Cómo utilizar las partes inservibles de las verduras

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A continuación, veamos cómo aprovechar esas partes que usualmente descartamos a la hora de cocinar con verduras.

Utilizar las partes inservibles de las verduras

Utilizar las partes inservibles de las verduras: puerros, cebollas y cebollas de verdeo.

Estas hortalizas se caracterizan por tener un tramo blando, que utilizamos para cocinar, y luego uno más duro que usualmente descartamos. Estas partes fibrosas y más duras pueden resultar efectivas al momento de enriquecer un caldo, coronar salsas o incorporar en una ensalada. Inclusive les aportan un gran sabor a los guisados y pueden ser un añadido extra a tortillas y hamburguesas.

Lo que tienes que tener presente a la hora de utilizar estas partes inservibles de las verduras es que debes lavarlas con abundante agua y luego sancocharlas para suavizarlas.

Utiliza el tronco del brócoli

Cuando cocinamos brócoli usualmente descartamos el tallo, cuya apariencia puede ser gruesa y dura. Pero, debajo de esas capas fibrosas externas, resulta tener un interior blando y tierno con el sabor característico del brócoli. Esta parte, si es picada en finas láminas, puede agregarse fácilmente a cualquier ensalada, o también picarla en trozos y agregarlo a un salteado o cocinarlo al vapor.

El tallo y las hojas de la remolacha

Ocasionalmente, cuando compramos remolacha, suelen venir con su correspondiente tallo y hoja. Unos elementos que en principio descartamos, pero que poseen un sabor suave y no son tan fibrosos. De hecho, al cocinar, nos recuerda mucho tanto en sabor como textura a las acelgas. Por eso mismo no es de extrañar que su preparación sea muy similar. Es decir, las puedes saltear con ajo y aceite, incorporarlas en un sándwich, agregarla a una ensalada o incluso a una sopa.

En conclusión, existen múltiples formas para utilizar las partes “inservibles” de la mayoría de las verduras. Solo debemos sacar nuestro lado creativo, investigar y experimentar.

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