¿Querés sorprender con un postre elegante, irresistible y súper fácil de preparar? Esta tarta Selva Negra cremosa lo tiene todo: textura sedosa, intenso sabor a chocolate, un toque de licor de cerezas y una presentación de lujo. ¡Y lo mejor es que no necesitás horno!
✅ Ingredientes
Para la base:
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200 g de galletas de chocolate (tipo Oreo sin relleno o galletitas de cacao)
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100 g de manteca derretida
Para el relleno:
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500 ml de crema para batir bien fría (nata para montar)
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250 g de queso crema tipo Philadelphia (a temperatura ambiente)
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200 g de chocolate negro (mínimo 60% de cacao)
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120 a 150 g de azúcar impalpable (ajustá según tu gusto)
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2 cucharaditas de esencia de vainilla
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3 cucharadas de licor de cerezas o kirsch (opcional, pero le da el toque clásico)
Para decorar:
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200 g de cerezas frescas descarozadas o en conserva bien escurridas
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Virutas de chocolate o cacao amargo
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Crema batida extra (opcional)
Preparación paso a paso
1. Base crocante
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Triturá las galletas hasta que parezcan arena fina.
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Mezclalas con la manteca derretida hasta obtener una masa húmeda.
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Forrá la base de un molde desmontable (20-22 cm) presionando bien.
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Llevá al horno 10 minutos a 180°C (si querés una base más firme) o directamente al frío si preferís versión sin horneado. Dejá enfriar por completo.
2. Relleno cremoso
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Derretí el chocolate negro a baño maría o en microondas (30 seg. por vez). Dejalo templar.
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Batí el queso crema con el azúcar y la esencia de vainilla hasta que quede bien suave.
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Sumá el chocolate derretido (y el licor, si lo usás). Mezclá bien.
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En otro bol, batí la crema fría hasta que forme picos firmes.
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Incorporala con movimientos envolventes para mantener la mezcla aireada y liviana.
3. Montaje
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Verté el relleno sobre la base de galleta ya fría.
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Alisá con una espátula y llevá a la heladera mínimo 6 horas (mejor de un día para otro).
4. Decoración final
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Agregá las cerezas por encima (frescas o en conserva).
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Sumá virutas de chocolate o espolvoreá cacao amargo.
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Si querés un acabado de pastelería, decorá con rosetones de crema batida.
Resultado final:
Una tarta suave, elegante y con ese equilibrio justo entre lo dulce, lo frutal y lo chocolatoso. Perfecta para ocasiones especiales… o simplemente para darte un gustito bien merecido. ¡No queda ni una porción!