Si buscas una receta sencilla, sabrosa y lista en pocos minutos, este pollo cremoso con queso se convertirá en tu nueva favorita. No solo es fácil de preparar, sino que además combina ingredientes básicos que seguramente ya tienes en casa.
Ingredientes necesarios
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3 pechugas de pollo cortadas en cubos
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8 huevos enteros
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1 cucharadita de sal
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½ cucharadita de pimienta negra
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Perejil fresco picado al gusto
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150 g de mozzarella rallada
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2 cucharadas de crema de leche
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3 cucharadas de harina de trigo
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100 g adicionales de mozzarella rallada para gratinar
Preparación paso a paso
1. Mezcla base
En un bol grande, coloca los huevos y las pechugas de pollo en cubos. Añade la sal y la pimienta. Bate bien hasta integrar todos los ingredientes. Este paso es clave para lograr una mezcla uniforme y bien condimentada.
2. Toque cremoso
Agrega la crema de leche, el perejil picado y los 150 g de mozzarella rallada. Mezcla nuevamente hasta que todo quede homogéneo.
Consejo: puedes añadir una pizca de orégano o albahaca si deseas un aroma más mediterráneo.
3. Textura perfecta
Incorpora las tres cucharadas de harina de trigo y revuelve suavemente. La harina ayudará a unir los ingredientes y aportará una textura suave y compacta.
4. Cocción lenta
Engrasa una sartén o cacerola antiadherente, vierte la mezcla y cocina a fuego bajo con tapa durante unos 15 minutos. El secreto está en no apurar el proceso: el calor suave permite que los sabores se integren y el pollo quede jugoso.
5. Voltear con cuidado
Pasado el tiempo, da vuelta la preparación usando un plato grande o una tapa, y vuelve a colocarla en la sartén para dorar el otro lado.
6. Capa final irresistible
Antes de tapar nuevamente, agrega los 100 g restantes de mozzarella sobre la superficie. Cubre y deja cocinar por 10 minutos más, hasta que el queso se derrita completamente y forme una capa cremosa y dorada.
️ Resultado final
El resultado es un pollo suave, jugoso y lleno de sabor, envuelto en una capa de queso fundido que hará que todos pidan repetir. Perfecto para servir con una ensalada fresca, arroz blanco o puré de papas.
Consejo adicional: si prefieres una versión más ligera, puedes reemplazar parte de los huevos por claras o usar crema light.
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