Hacer pizza casera puede parecer complicado, pero con esta receta aprenderás a preparar una pizza perfecta sin necesidad de amasar. La clave está en dejar que el tiempo y la fermentación hagan el trabajo por vos. Aquí te cuento cómo hacerlo paso a paso para que consigas una pizza con una textura y sabor increíbles. Nos hemos ayudado con el siguiente video:
Ingredientes
Para esta receta, necesitarás los siguientes ingredientes:
- 1 kg de harina de fuerza (también podés usar harina tipo 00 para una textura más ligera)
- 25 g de sal
- 650 g de agua (a temperatura ambiente)
- 2 g de levadura fresca (también podés usar 1 g de levadura seca)
- Aceite de oliva (extra virgen para mejor sabor)
Para la pizza:
- Salsa de tomate natural (sin conservantes)
- Queso parmesano (de buena calidad, preferiblemente rallado en el momento)
- Queso mozzarella (preferiblemente en bloque para que se derrita mejor)
- Jamón cocido (o podés probar con prosciutto o salame)
- Aceite de oliva
- Hojas de albahaca fresca (opcional)
Preparación paso a paso
- Preparación de la masa:
- En un bol, mezclá la harina y la sal.
- En otro recipiente, disolvé la levadura en el agua.
- Incorporá la mezcla de agua y levadura a la harina en dos tandas, mezclando con una cuchara.
- No es necesario amasar; solo mezclá hasta que todo esté integrado.
- Tapá el bol y dejalo reposar a temperatura ambiente durante una hora.
- Fermentación:
- Después de una hora, agregá un poco de aceite de oliva y hacé algunos pliegues a la masa (tomá los bordes y doblalos hacia el centro).
- Tapá nuevamente y dejá reposar en la heladera por 24 horas.
- División y conservación:
- Después de la fermentación, dividí la masa en porciones de 280 g.
- Para conservarla, envolvela en film plástico con un poco de aceite para evitar que se seque.
- Podés congelarla hasta por dos meses.
- Si la descongelás, dejala reposar a temperatura ambiente por una hora antes de usarla.
- Formado y cocción:
- Estirá la masa usando sémola para evitar que se pegue.
- Marcá los bordes y presioná el centro para eliminar el aire.
- Añadí la salsa de tomate, queso parmesano, mozzarella y jamón.
- También podés añadir otros ingredientes como champiñones, aceitunas o albahaca fresca.
- Cociná en horno precalentado a 450°C por 90 segundos.
- Girá la pizza para que no se queme el borde.
- Finalización:
- Sacá la pizza del horno, cortala y disfrutá.
- Si querés un toque extra, podés añadir un chorrito de aceite de oliva y unas hojas de albahaca fresca al servirla.
Consejos y recomendaciones
- Harina de fuerza: Es importante usar harina de fuerza para lograr una mejor estructura y elasticidad en la masa.
- Fermentación lenta: La fermentación lenta en la heladera es clave para desarrollar el sabor y la textura perfecta.
- Uso de sémola: La sémola evita que la masa se pegue y le da una textura crujiente al fondo de la pizza.
- Temperatura del horno: Un horno muy caliente es esencial para que la pizza quede bien cocida y con bordes crujientes.
- Rotación de la pizza: Girá la pizza a mitad de cocción para que los bordes se cocinen de manera uniforme.
- Uso de ingredientes frescos: Si podés, usá ingredientes frescos y de buena calidad para un mejor sabor.
- Evitar el exceso de ingredientes: No sobrecargues la pizza con demasiados ingredientes, ya que podría afectar la cocción.
Conclusión
Con esta receta fácil, podés preparar una pizza de calidad profesional en casa sin la necesidad de amasar. La fermentación lenta y el uso de ingredientes simples son la clave para una pizza deliciosa con una textura perfecta. ¡Probala y sorprendé a todos con tus habilidades culinarias!