El romero es una de las plantas aromáticas favoritas de mi jardín; su olor cuando entro en contacto con ella me da energía para empezar el día.
Al principio, tuve problemas para mantener viva esta planta, pero siguiendo ciertas pautas puedes evitar que eso vuelva a ocurrir.
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Una buena forma de empezar cuando llega una planta nueva es investigar un poco; aprender sobre su origen y reproducir su entorno natural garantiza que no cometas ningún error al cuidarla.
Te mostraré cómo cuidarla si empieza a secarse. Asegúrate de incorporar estos conocimientos a tu jardín y podrás recoger los frutos de una hierba aromática que tiene múltiples usos.
No sólo puedes utilizarla en la cocina, sino que sus hojas también pueden prepararse en infusiones para el cabello graso.
1- Problema de Ubicación
El romero, originario de un clima cálido, necesita mucha luz solar y calor para sobrevivir; sin embargo, también puede soportar temperaturas más frías. Generalmente, cuando me preguntan sobre este asunto es porque la persona tiene una planta de romero de interior que no se adapta bien a esas condiciones y tiende a morir.
Solución:
Si vas a mantener la planta en el interior, busca un lugar en el jardín con la mayor cantidad de luz solar y aclimátala lentamente a su nuevo entorno colocándola allí durante periodos de tiempo cada vez más largos.
Si no tienes un espacio al aire libre, ten en cuenta que tu planta no crecerá tan rápidamente e intenta localizar la zona más soleada dentro de tu casa.
2- Problema de drenaje
La planta es adecuada para climas secos y no tolera las zonas húmedas, ya que la humedad hará que se marchite desde la base.
Si el suelo es demasiado arcilloso, retendrá el agua y no drenará correctamente.
Para comprobar el suelo antes de plantar, riega la zona generosamente y observa si ha drenado al cabo de unas horas o si se ha encharcado debido a una mala aireación.
Solución:
Antes de trasladar tu romero, asegúrate de tener listo el sustrato ideal. Debe estar lleno de compost o materia orgánica a la que se haya añadido vermiculita o perlita, que aflojará la tierra arcillosa.
Una alternativa asequible a la vermiculita es el estiércol de caballo seco; tiene una cualidad esponjosa que ayuda a drenar el agua de forma natural.
También puedes optar por cultivar tu romero en una zona elevada y crear un montículo; de este modo, la gravedad ayudará a eliminar el exceso de agua.
3- Riego
Es mejor dar a esta planta el agua justa que demasiada. Cometí el error de pensar que cuando empezó a secarse por el tallo, significaba que le faltaba agua, así que la empapé.
Por desgracia, mi romero murió entonces. Ten en cuenta que demasiada humedad puede hacer que se propaguen los hongos, así que comprueba el suelo antes de decidir si riegas de nuevo o no.
Solución:
Deja que la tierra se seque unos días antes de volver a montar tu planta de romero para evitar complicaciones.
Para evitar que la planta enferme debido a los altos niveles de humedad, te sugiero que añadas un agente antifúngico.
Una solución de cola de caballo en una proporción de dos a diez será estupenda para este fin y además dará a la planta una fuerza extra gracias a su alto contenido en sílice.