Tener plantas dentro y fuera de casa es una forma estupenda de decorar y animar cualquier espacio, pero cuidarlas puede ser difícil.
Cada tipo de planta tiene necesidades distintas, como necesitar más o menos agua, tener sustratos especiales o precisar cierta cantidad de luz solar o sombra.
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Con el tiempo limitado de que disponemos y la complejidad de los cuidados de cada tipo de planta, es importante actuar con rapidez cuando surgen problemas para mantener sanas a nuestras queridas plantas.
Nuestras plantas pueden sufrir una serie de problemas que pueden provocar su desaparición, como que se sequen y se pudran, así como molestos bichos con los que hay que lidiar de inmediato. Aquí tienes algunos consejos útiles para devolver la vida a tus plantas.
1 – Truco para plantas que se han secado
Cuando vuelvas a casa después de unos días fuera, puede que veas que tus plantas se han marchitado por falta de agua.
Sigue los pasos que se indican a continuación y espera unos días para ver si tus plantas reviven:
1- Empieza por quitar las hojas, tallos y ramas que parezcan resecos.
2- Debes sacar la planta de la maceta y romper suavemente la tierra que la rodea para no dañar los rizomas.
Para ello, puedes utilizar una pala pequeña o una cuchara si no tienes. Además, intenta aflojar cuidadosamente las raíces con las manos para dejar espacio para la absorción de agua.
3- Para rehidratar la planta, colócala en un recipiente grande y llénalo de agua tibia para aumentar la absorción de agua en la tierra.
Déjala reposar durante 15 minutos y luego trasládala a otro recipiente seco para que escurra el exceso de agua.
Después, traslada la planta a una maceta nueva sin dañar las raíces, cúbrela con tierra fresca y rocía las hojas con agua para que se humedezcan correctamente.
4- Atendiendo a las necesidades de riego de tu planta, pronto observarás que su tallo se engrosa y empiezan a brotar hojas nuevas. Esto es señal de que tu planta está prosperando de nuevo.
2- Truco para plantas con exceso de agua
1- Saca con cuidado la planta de su maceta para no dañarla.
Una vez en la mano, examina las raíces y fíjate si están excesivamente saturadas de agua, como demuestra el oscurecimiento o el mal olor.
Para garantizar un equilibrio saludable entre el follaje y las raíces, poda las que estén dañadas procurando que haya una proporción uniforme entre ambas partes de la planta.
2- Vuelve a colocar la maceta, asegurándote de que tiene una excelente capacidad de drenaje.
Antes de colocarla, haz correr agua a través de ella para limpiarla bien, luego planta y rellena los alrededores con tierra fresca.
Para el primer riego, utiliza infusión de manzanilla, ya que contiene un elemento antifúngico.
Después, puedes utilizar agua normal para una mayor hidratación.
3- Cuando llegue el momento de volver a regar tus plantas, mete los dedos en la tierra y tantea si está seca.
Cuando la encuentres, es cuando debes regar. Sigue utilizando este método y tus plantas se mantendrán sanas.