Este plato se caracteriza por su facilidad y el delicioso sabor que encantará a todos en casa. No solo es ideal para una cena rápida durante la semana, sino que también puede servir como un excelente acompañamiento para una comida más elaborada o como un aperitivo delicioso para compartir en reuniones familiares o con amigos.
La simplicidad de los ingredientes, combinada con el resultado final tan sabroso, hace que este plato sea uno de esos que repetirás una y otra vez. Con los consejos adicionales que te proporcionaremos, podrás elevar aún más esta receta, haciendo que cada bocado sea una experiencia deliciosa y memorable.
Ingredientes
- 70 ml de Agua tibia
- 70 ml de Leche tibia
- 1 cdita de Levadura seca
- 1 cdita de Azúcar
- 1 Huevo
- 2 cdas de Manteca (derretida)
- 320 g de Harina
- Media cucharadita de sal
- 3 Dientes de ajo
- Perejil al gusto
- 60 g de Manteca
- Sal
- 1 cdita de Miel
- Mozzarella al gusto
- 1 Yema de huevo
- 1 cdita de Semillas de amapola
Preparación
- Preparar la masa: Mezcla el agua tibia y la leche tibia en un recipiente. Añade la levadura seca y el azúcar, y deja reposar durante unos minutos hasta que la mezcla esté espumosa. Luego, añade el huevo, la manteca derretida, la harina y la sal. Amasa bien hasta obtener una masa suave y elástica. Deja que la masa repose durante 40 minutos para que leve.
- Preparar el relleno: Mientras la masa reposa, prepara el relleno. Mezcla los dientes de ajo picados finamente con el perejil, la manteca derretida, la sal y la miel. Este relleno le dará un toque aromático y dulce al plato.
- Formar y hornear: Una vez que la masa haya subido, extiéndela y rellénala con la mezcla de ajo y perejil, además de la mozzarella rallada. Enrolla la masa y córtala en rodajas. Coloca las rodajas en una bandeja para hornear, pincela con la yema de huevo y espolvorea con semillas de amapola. Deja que las rodajas reposen durante 30 minutos adicionales antes de hornearlas en un horno precalentado a 200° C, durante 25 minutos, o hasta que estén doradas.
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Consejos Adicionales:
- Variaciones del queso: Puedes experimentar con diferentes tipos de queso como gouda, cheddar o provolone para darle un sabor diferente cada vez que prepares esta receta.
- Añadir un toque picante: Si te gusta un poco de picante, agrega una pizca de chile en polvo o pimienta roja al relleno para un sabor más atrevido.
- Sustitución de la miel: Si prefieres una versión más salada, puedes omitir la miel o sustituirla por un poco de mostaza para un sabor más ácido y complejo.
Esta receta es ideal para aquellos que buscan una opción sencilla pero impresionante para las comidas familiares. Con los ingredientes y consejos adicionales, puedes personalizar esta receta básica para adaptarla a tus preferencias de sabor.
¡A servir y disfrutar este exquisito plato!