Si te gusta la pastelería simple, de esas que perfuman toda la cocina, estos muffins de limón son ideales. Son fáciles de hacer, no requieren ingredientes raros y quedan esponjosos, húmedos y con un sabor fresco que va perfecto con un mate o un café con leche.
Ingredientes:
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250 g de harina 0000
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120 g de azúcar
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100 ml de leche
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2 huevos
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Jugo de 1 limón
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Ralladura de 1 limón
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50 ml de aceite neutro (girasol o maíz)
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8 g de polvo para hornear
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Azúcar impalpable para decorar (opcional)
Paso a paso para preparar muffins de limón
Paso 1:
En un bol grande, batí los huevos con el azúcar hasta que quede una mezcla bien espumosa.
Paso 2:
Agregá el aceite, la leche, el jugo de limón y la ralladura. Mezclá bien para integrar.
Paso 3:
Incorporá la harina tamizada junto con el polvo para hornear. Usá una batidora eléctrica o un batidor de mano hasta que la mezcla quede lisa y sin grumos.
Paso 4:
Distribuí la mezcla en pirotines dentro de un molde para muffins, llenándolos hasta ¾ de su capacidad.
Paso 5:
Si querés, podés agregarle por arriba un poco de azúcar común o chips de chocolate blanco. Llevá al horno precalentado a 180 °C durante unos 20 minutos, o hasta que al pincharlos con un palillo salga seco.
Paso 6:
Dejalos enfriar sobre una rejilla. Si querés decorarlos, espolvorealos con azúcar impalpable.
Consejos para que salgan perfectos:
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No batas de más: Una vez que agregás la harina, mezclá lo justo. Así evitás que los muffins salgan duros.
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Usá limones frescos: La ralladura y el jugo natural hacen una gran diferencia en el sabor.
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Probá con glaseado: Si los vas a servir como postre, podés preparar un glaseado simple con azúcar impalpable y jugo de limón. Decoralos con una rodaja fina de limón y unas hojitas de menta para darles un toque fresco.
Conservación:
Guardalos en un frasco hermético o bajo una campana de vidrio. Duran bien de 2 a 3 días a temperatura ambiente. Si hace mucho calor, podés refrigerarlos.
Conclusión
Los muffins de limón son una de esas recetas que combinan lo mejor de la repostería casera: simplicidad, aroma fresco y un sabor que conquista a todos. Con ingredientes básicos y en pocos pasos, podés tener listos unos bocados ideales para cualquier momento del día. Además, al ser tan versátiles, podés personalizarlos fácilmente con glaseados, frutas o chips de chocolate.
Animate a prepararlos, y vas a ver que se convierten en un clásico infaltable en tu cocina. ¡Nada como el placer de disfrutar algo hecho con tus propias manos!