Mi madre preparaba este pastel sueco de manzana para las reuniones familiares, ¡y siempre era el primer postre en desaparecer!

Mi madre preparaba este pastel sueco de manzana para las reuniones familiares, ¡y siempre era el primer postre en desaparecer!

Este pastel sueco de manzana es mucho más que un simple postre: es un recuerdo entrañable de las reuniones familiares donde la cocina se llenaba de aromas dulces y reconfortantes. La receta viene de una tradición donde lo casero siempre fue sinónimo de calidad y cariño. Su textura húmeda y su sabor especiado lo convierten en el favorito de todos. Aquí te compartimos cómo prepararlo en casa.


Ingredientes

  • 125 ml de manteca (mantequilla) a temperatura ambiente

  • 375 ml de azúcar

  • 2 huevos

  • 1 y 1/2 cucharadita de esencia de vainilla

  • 375 ml de harina común

  • 1 y 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio

  • 1 cucharadita de sal

  • 1 y 1/2 cucharadita de canela molida


Procedimiento

  1. Precalentar el horno a 180 °C (moderado). Engrasar y enharinar un molde para pastel o uno tipo budín.

  2. En un bol grande, batir la manteca con el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa y suave.

  3. Agregar los huevos de a uno, batiendo bien después de cada incorporación. Añadir la vainilla y mezclar.

  4. En otro recipiente, tamizar la harina, el bicarbonato, la sal y la canela.

  5. Incorporar los ingredientes secos a la mezcla de manteca poco a poco, mezclando con una espátula o cuchara de madera hasta obtener una masa homogénea.

  6. Pelar y cortar 2 a 3 manzanas medianas en cubos pequeños. Agregarlas a la preparación y mezclar con suavidad.

  7. Verter la mezcla en el molde preparado y alisar la superficie.

  8. Hornear durante 45 a 55 minutos o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.

  9. Dejar enfriar antes de desmoldar. Se puede espolvorear con un poco de azúcar impalpable si se desea una presentación más vistosa.


Consejos y recomendaciones

  • El tipo de manzana influye mucho en el resultado: las manzanas verdes (como la Granny Smith) aportan un contraste ácido que equilibra perfectamente el dulzor del pastel.

  • No batas en exceso la mezcla una vez agregada la harina, para evitar que el pastel quede duro.

  • Este pastel queda excelente acompañado con una crema batida sin azúcar o un toque de yogur natural, sobre todo si se sirve tibio.

  • Se puede conservar hasta 3 días a temperatura ambiente, bien cubierto. También se congela sin problemas si se guarda en porciones.

  • Si querés un toque más crujiente, espolvoreá antes de hornear una mezcla de azúcar y canela sobre la superficie.


Este pastel es ideal para tardes frías, meriendas familiares o simplemente para revivir esos sabores clásicos que tanto nos reconfortan.

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