Si hay algo que conquista desde el primer bocado es un pan de maíz suave, dorado y con ese aroma irresistible que llena toda la cocina. Esta receta casera, práctica y económica, es ideal para el desayuno o la merienda. Además, no requiere técnicas complicadas ni ingredientes difíciles de encontrar.
Aprende a preparar estos panecillos de maíz y disfruta del sabor de la panadería artesanal desde casa.
Ingredientes
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3 cucharadas de azúcar
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1 taza de leche tibia
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1 cucharada de levadura seca (fermento biológico seco)
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1 lata de maíz en grano (sin líquido)
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½ taza de aceite
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2 huevos
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1 taza de harina de maíz fina (fubá)
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500 g de harina de trigo (aproximadamente)
Modo de preparación
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Activar la levadura
En la licuadora, mezcla el azúcar, la leche tibia y la levadura. Bate solo unos segundos para que la levadura se active. -
Preparar la base de la masa
Agrega a la mezcla el maíz escurrido, el aceite, los huevos y el fubá. Licua hasta obtener una mezcla uniforme y sin grumos. -
Formar la masa
Vierte la mezcla en un bol grande y comienza a incorporar la harina de trigo poco a poco, mezclando bien con una cuchara o las manos. Amasa hasta lograr una masa suave, uniforme y ligeramente pegajosa. -
Primer reposo
Cubre la masa con plástico, un paño limpio o una bolsa plástica y deja reposar en un lugar cálido hasta que duplique su tamaño. -
Formar los panecillos
Cuando la masa haya crecido, presiona suavemente con las manos para quitar el exceso de aire. Divide en porciones pequeñas, extiende con un rodillo y forma bolitas uniendo las puntas. -
Segundo reposo
Coloca los panecillos en una bandeja engrasada con manteca o aceite. Cubre nuevamente y deja descansar por una hora más. -
Horneado
Pincela los panecillos con un poco de leche, espolvorea fubá por encima y hornea en horno precalentado a 180 °C durante unos 30 minutos, o hasta que estén dorados.
Consejos y recomendaciones
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Usa leche tibia, no caliente, para no matar la levadura. Una temperatura de 35 a 40 °C es ideal.
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El maíz en grano puede ser fresco o enlatado, pero asegúrate de escurrir bien el líquido antes de licuar.
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No sobrecargues la masa con harina. Si añades demasiada, el pan puede quedar seco. La masa debe ser ligeramente pegajosa.
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Para una fermentación óptima, deja reposar la masa en un lugar cálido y sin corrientes de aire. Si hace frío, puedes colocarla dentro del horno apagado con la luz encendida.
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Varía los sabores: puedes añadir un toque de queso rallado, hierbas secas o semillas para darle tu toque personal.
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Conservación: guarda los panecillos en un recipiente hermético para mantenerlos frescos. También puedes congelarlos una vez fríos y calentarlos antes de servir.
Este pan de maíz es ideal para acompañar un café con leche, una merienda con mermelada o incluso para servir con platos salados. El equilibrio entre suavidad, dulzor y textura lo convierte en una opción versátil y deliciosa para toda la familia. Anímate a probarlo y sorprende a todos en casa con pan casero recién horneado.