Las cremonas son uno de esos íconos de la panadería argentina que no pueden faltar en una buena merienda. Su forma de espiral, su textura crocante por fuera y tierna por dentro, y ese gustito salado inconfundible las convierten en el acompañamiento perfecto para el mate. Aunque muchos las compran en panaderías, hacerlas en casa es mucho más fácil de lo que parece, y el resultado vale totalmente la pena. Nos hemos ayudado con la información del siguiente video:
¿De dónde vienen las cremonas?
La cremona tiene origen en la influencia italiana y española de la panadería criolla, combinando técnicas de hojaldre con formatos populares de facturas. En Buenos Aires y otras regiones del país, se transformó en un clásico que acompaña el mate, sobre todo en los desayunos de domingo o en meriendas familiares.
A diferencia de las medialunas o las tortitas negras, la cremona no es dulce. Su sabor es salado y su textura está pensada para ser crocante y deshojarse fácilmente.
Ingredientes:
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500 g de harina 0000
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15 g de sal fina
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20 g de levadura fresca (o 7 g de levadura seca)
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1 cucharadita de azúcar
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250 ml de agua tibia (puede variar un poco según la absorción de la harina)
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125 g de margarina a temperatura ambiente (pomada)
Paso a paso para hacerlas en casa:
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Formar la masa: En la mesada, hacé una corona con la harina. En el centro, colocá la levadura disuelta en parte del agua tibia con el azúcar. Agregá la sal por el borde exterior. Integrá de a poco hasta formar una masa suave y elástica.
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Primer reposo: Tapá con un repasador limpio y dejá descansar por 30 minutos para que relaje el gluten.
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Estirar y laminar: Estirá la masa en forma de rectángulo. En el centro poné la margarina pomada y cerrá como si fuera un sobre (dobleces en tres). Estirá y hacé otra vuelta doble. Repetí este proceso al menos dos veces, con descansos de 15-20 minutos entre cada vuelta.
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Formar la cremona: Estirá la masa en un rectángulo de unos 2-3 cm de espesor. Con un cuchillo bien afilado, hacé cortes paralelos (sin llegar a los bordes), enrollá los extremos hacia el centro y unilos en la base para dar la forma clásica de espiral.
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Leudado final: Dejá leudar sobre una placa enharinada o aceitada por 30 a 40 minutos.
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Horneado: Cociná en horno fuerte (220–230 °C) durante 25 a 30 minutos hasta que estén doradas y crocantes.
Consejos prácticos:
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Si querés más crocancia, podés espolvorear un poco de sal gruesa por encima antes de hornear.
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Usá margarina o grasa a temperatura ambiente, ni muy blanda ni derretida.
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No abuses del amasado después del primer leudado: eso puede romper las capas y afectar el hojaldrado.
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Podés hacer mini cremonas para servir en picadas o como pan de mesa.
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Si querés conservarlas, guardalas en bolsa de papel o en un frasco con tapa hermética para mantener la crocancia.
Variantes para innovar:
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Con semillas: Agregá semillas de sésamo, amapola o lino encima antes de hornear.
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Con especias: Un toque de orégano o pimentón en la masa le da un sabor distinto.
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Dulzonas: Si bien no es lo clásico, podés pincelarlas con almíbar al salir del horno y transformarlas en una factura semidulce.
¿Cómo se comen?
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Acompañadas de mate (el combo más típico)
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Con manteca y mermelada para un toque diferente
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Como acompañamiento salado en una picada
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Como sustituto del pan para acompañar quesos y fiambres
Conclusión:
Las cremonas caseras no solo son una receta económica y fácil de preparar, sino que traen ese sabor bien nuestro, de panadería de barrio, de desayuno con mate y charla en la mesa. Animarte a hacerlas es reconectar con una tradición simple, pero llena de sabor y memoria. Una vez que las pruebes caseras, te va a costar volver a comprarlas.