Las cáscaras de naranja confitada son un clásico que nunca pasa de moda. Además de ser exquisitas por sí solas, permiten aprovechar al máximo la fruta, evitando desperdicios y obteniendo tres preparaciones diferentes: tiras de cáscara confitada, trocitos para repostería y un almíbar aromático ideal para postres.
A continuación, te presento una versión clara y completa de este proceso, basada en el texto original.
Ingredientes
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2 naranjas orgánicas bien lavadas
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200 g (1 taza) de azúcar
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250 ml (1 taza) de agua
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Azúcar extra para rebozar
Para los trocitos de cáscara:
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80 g (1/3 de taza) de azúcar
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80 ml (1/3 de taza) de agua
Preparación paso a paso
1. Preparar las naranjas
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Lava muy bien las naranjas, ya que utilizaremos su piel.
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Corta los extremos de ambas frutas y resérvalos (también se aprovechan).
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Realiza 4 a 6 cortes verticales sobre la cáscara, sin llegar a la pulpa, para facilitar el pelado.
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Retira cuidadosamente la piel.
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Raspa la parte blanca del interior para quitar el amargor. Hazlo con paciencia para no romper las cáscaras.
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Corta las cáscaras en tiras. Evita cortes muy finos —se romperán— y también excesivamente gruesos.
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Los extremos reservados córtalos en trocitos pequeños: serán perfectos para agregar a masas de pasteles o panes.
2. Cocción de las tiras confitadas
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Coloca en una olla 250 ml de agua y 200 g de azúcar.
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Lleva a hervor y luego añade las tiras de cáscara.
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Cocina a fuego lento durante 35 a 40 minutos, revolviendo ocasionalmente. Las tiras quedarán brillantes, tiernas y con un aroma intenso.
3. Cocción de los trocitos para repostería
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Mezcla 80 ml de agua con 80 g de azúcar en una ollita.
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Calienta hasta que hierva.
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Agrega los trocitos de naranja y cocina suavemente de 15 a 20 minutos.
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Una vez listos, escurre y guarda el almíbar —no lo desperdicies—, servirá para aromatizar crepas, bizcochuelos, budines, panes dulces o incluso bebidas calientes.
4. Secado y presentación
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Coloca azúcar en un plato.
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Reboza allí las tiras grandes de cáscara confitada hasta cubrirlas completamente.
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Sepáralas una a una y déjalas secar durante una hora.
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Una vez frías y firmes, están listas para disfrutarse como un dulce artesanal o para regalar en frascos bonitos.
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Guarda el almíbar en un frasco esterilizado.
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Los trocitos de cáscara confitada pueden conservarse sin rebozar, también en frascos esterilizados.
Resultado: 3 Preparaciones en una sola receta
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Cáscaras de naranja confitadas: perfectas para comer como snack, acompañar el café o decorar postres.
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Almíbar aromático: ideal para humedecer tortas, saborizar crepas, bizcochos o mezclar con yogur.
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Trocitos confitados: un tesoro para masas dulces, panes caseros, budines, galletas o granolas.
Consejos y recomendaciones
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Si las naranjas son muy amargas, puedes hervir previamente las cáscaras 5 minutos en agua limpia, desechar el líquido y recién después confitarlas.
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Cuanto más lento sea el hervor, más tierna y translúcida quedará la cáscara.
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Esteriliza frascos hirviéndolos 10 minutos. Así podrás conservar tus preparaciones durante meses.
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Puedes usar azúcar rubia, aunque el sabor final será un poco más intenso.
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Si querés añadir un toque gourmet, incorpora al almíbar una ramita de canela o un trocito de jengibre.
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Esta misma técnica funciona con limón, pomelo o mandarina.
Para una mayor comprensión de este contenido te invitamos a ver el siguiente video del canal de Un día una receta:
Una simple naranja puede transformarse en tres preparaciones artesanales, llenas de aroma, sabor y tradición. Con pocos ingredientes y algo de paciencia, obtendrás un dulce casero que no solo conquista el paladar, sino que también aprovecha al máximo cada parte de la fruta.