La mortadela es un embutido tradicionalmente italiano que ha conquistado paladares en todo el mundo. Su sabor suave y textura característica la hacen ideal para sándwiches, picadas o como acompañamiento en diversas preparaciones. Prepararla en casa puede parecer un desafío, pero con esta receta detallada y algunos consejos prácticos, podrás disfrutar de una mortadela casera y deliciosa.
Ingredientes
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1 kg de carne de cerdo: Preferentemente de la paleta o el jamón, que tienen un equilibrio adecuado entre carne y grasa.
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200 g de tocino: Aporta jugosidad y sabor.
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20 g de sal fina: Es fundamental para realzar el sabor y conservar el embutido.
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5 g de azúcar: Ayuda a equilibrar los sabores.
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2 g de pimienta blanca molida: Brinda un toque especiado suave.
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2 g de ajo en polvo: Aporta profundidad al sabor.
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2 g de nuez moscada rallada: Característica en la mortadela tradicional.
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100 ml de agua fría: Ayuda a emulsionar la mezcla.
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Tripas artificiales o naturales: Para embutir la mezcla.
Preparación
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Preparar la carne:
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Cortar la carne de cerdo y el tocino en cubos pequeños.
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Colocar los cubos en el congelador durante 30-40 minutos para que estén bien fríos, lo que facilitará el proceso de molienda.
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Moler la carne:
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Pasar la carne y el tocino por una picadora de carne con un disco fino. Si no se dispone de picadora, se puede utilizar una procesadora en pulsos cortos para evitar calentar la mezcla.
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Condimentar:
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En un bol grande, mezclar la carne molida con la sal, azúcar, pimienta blanca, ajo en polvo y nuez moscada.
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Añadir el agua fría y amasar la mezcla hasta obtener una pasta homogénea y pegajosa. Este proceso es crucial para lograr la emulsión adecuada y la textura característica de la mortadela.
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Embutir:
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Llenar las tripas con la mezcla, procurando que no queden bolsas de aire. Se puede utilizar una embutidora o hacerlo manualmente con una manga pastelera resistente.
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Atar bien los extremos y, si se desea, dividir en porciones más pequeñas atando con hilo de cocina.
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Cocción:
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Sumergir las mortadelas en una olla con agua a 80°C. Es importante mantener la temperatura constante y no permitir que el agua hierva, ya que esto podría afectar la textura del embutido.
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Cocinar durante aproximadamente 1 hora, o hasta que la temperatura interna de la mortadela alcance los 68-70°C.
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Enfriar:
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Retirar las mortadelas del agua y sumergirlas en un baño de agua fría para detener la cocción.
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Una vez frías, secarlas y refrigerarlas durante al menos 12 horas antes de consumir.
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Consejos y Recomendaciones
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Higiene: Mantener una limpieza rigurosa durante todo el proceso es esencial para garantizar la seguridad y calidad del embutido.
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Temperatura de la carne: Trabajar con la carne bien fría facilita la emulsión y mejora la textura final de la mortadela.
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Especias adicionales: Se pueden añadir otros condimentos como semillas de coriandro molidas o granos de pimienta enteros para personalizar el sabor.
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Almacenamiento: La mortadela casera se conserva en la heladera por hasta una semana. También se puede congelar en porciones para prolongar su vida útil.
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Tripas: Si se utilizan tripas naturales, es importante remojarlas y limpiarlas adecuadamente antes de usarlas. Las tripas artificiales suelen ser más fáciles de manejar y están listas para usar.
Conclusión
Preparar mortadela en casa es una experiencia gratificante que permite controlar los ingredientes y personalizar el sabor según las preferencias personales. Aunque requiere tiempo y atención al detalle, el resultado es un embutido artesanal de calidad superior, libre de aditivos y conservantes artificiales. Anímate a probar esta receta y disfrutá de la satisfacción de crear tu propia mortadela casera.