Esta receta de pizza casera se destaca por dos elementos claves: una masa esponjosa hecha desde cero y una salsa de tomate natural que eleva el sabor final. Si bien requiere algo de tiempo, el proceso es simple y el resultado lo vale. Ideal para quienes buscan una pizza diferente, liviana y con ingredientes frescos. Nos hemos ayudado con la información del siguiente video:
Inspirada en métodos tradicionales italianos pero con un toque casero bien nuestro, esta pizza se puede adaptar con los ingredientes que tengas en casa. Además, es una excelente alternativa para involucrar a los más chicos en la cocina y disfrutar de una comida en familia.
Ingredientes para la masa
- 150 g de harina de pan (puede usarse común si no tenés)
- 3 g de sal
- 6 g de azúcar
- 4 g de levadura seca instantánea
- 10 g (1 cda) de aceite de oliva
- 90 ml de agua tibia
Paso a paso de la masa
- Hacé tres huequitos en la harina para separar sal, azúcar y levadura.
- Mezclá todo e incorporá el agua y el aceite.
- Amasá hasta lograr una masa suave (unos 3 minutos).
- Si ves que está muy seca, agregá un chorrito de agua más; si está muy pegajosa, un poco de harina.
- Dejála reposar tapada en un bol aceitado hasta que duplique su volumen (ideal entre 36 y 40 °C). Puede tardar de 40 minutos a 1 hora según el clima.
- También podés dejarla fermentar en heladera toda la noche para una textura aún más aireada.
Salsa casera de tomate
- 3 tomates medianos maduros
- Media cebolla
- Ajo picado
- Aceite de oliva, sal, azúcar, pimienta, orégano y albahaca (puede ser seca)
- Escaldar los tomates para pelarlos fácil (hervir 2 minutos y enfriar en agua helada).
- Rehogar ajo y cebolla picados en aceite hasta que estén dorados.
- Agregar el tomate picado, albahaca, orégano, sal, azúcar y un poco de pimienta.
- Cocinar a fuego bajo 10 minutos hasta que espese.
- Opcional: procesar para una salsa más fina o dejarla rústica con pedacitos.
- Si querés más intensidad, sumá una cucharada de ketchup o pimentón dulce.
Armado de la pizza
- Estirá la masa con los dedos hasta formar un disco de 27 cm.
- Pinchá la base con un tenedor para evitar que se infle.
- Colocá sobre papel manteca en una bandeja o placa invertida (esto ayuda a que se dore mejor la base).
- Agregá la salsa y una base de muzzarella rallada.
- Sumá ingredientes al gusto: cebolla, morrón, choclo, champiñones, aceitunas negras, pepperoni, jamón, etc.
- Cubrí con más muzzarella para que quede bien fundente.
Cocción
- Horneá a 210 °C (horno bien caliente) durante unos 10-12 minutos o hasta que el queso esté dorado y la base crocante.
- Si tu horno tiene grill, usalo al final para gratinar mejor.
Consejos y recomendaciones
- Podés preparar más masa y guardarla en el freezer, ya sea cruda o precocida.
- La salsa también se puede conservar en frasco en heladera 3-4 días o en freezer.
- Si querés una base crocante, estirá más la masa y horneá 5 minutos antes de poner la salsa y el queso.
- Para una opción sin gluten, usá premezcla apta y agregá un poco de goma xántica.
- Probá hacer pizzas individuales para que cada uno elija sus ingredientes.
- Podés hacer mini pizzetas para picadas o reuniones.
- Para una versión más saludable, usá harinas integrales o agregá semillas a la masa.
Conclusión
Hacer pizza casera no solo es más rico, sino que también te permite controlar los ingredientes y adaptarla a tu gusto. Esta versión fermentada, con salsa natural y cubierta generosa, es perfecta para disfrutar en familia o con amigos. Una receta sencilla pero con resultados de pizzería. Lo mejor: podés personalizarla a tu manera y convertirla en tu favorita.